La noche que no fue
los amaneceres que no recordamos.
Las guitarras nos desafiaban desafinadas
las voces rotas, roncas, lejanas
Y, así un día tras otro
un invierno lleno de calor
esperando con esperanza la primavera
esperando las aguas de verano
pero al final,
la arena se inundó
y el mar tragó nuestro tiempo.
Se olvidaron los olvidos
nos inventamos los recuerdos
nos creímos nuestras mentiras
y quisimos engañar a la realidad,
pero ya fue demasiado tarde
para percatamos de nuestro error.

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