Nos encontramos
en una noche fría y solitaria
y la convertimos en luminosa.
Tú caminabas con sed
yo con los ojos muy abiertos
en busca de lo que se me presentara,
tenía mi navaja preparada
mis labios en busca de ardores húmedos,
cualquier cosa estaría bien.
Al parecer escuchamos los dos el mismo blues
que se escuchaba en el fondo de una callejuela,
fuimos en su busca
y nos tropezamos al entrar en el pub
donde sonaba la música,
nos sonreímos
como si nos conocieramos de toda la vida.
Tú querías whisky, yo también
Tú me miraste fijamente, yo también.
Afuera empezaba a llover.
Las Almas gemelas siempre se encuentran.
ResponderEliminarMuy bonito.