A Sabina.


Te voy a superar Sabina.

Ja, ja, ja.

Seré yo quien escriba la mejor canción del mundo.

Saldrás retratado con mis insuperables letras.

Ja, ja, ja.

Me sentaré con una botella de aguardiente a mi lado, un cuaderno, unos bolígrafos, un ordenador

y verás lo que escribiré. 

¡Sabina! Te caerás de culo. 

Ja, ja, ja,

Cuando vacíe la mitad de la botella de aguardiente habré escrito para ti las letras más apasionantes, conmovedoras de la historia.

Vente conmigo Sabina y, mientras nos termínanos la otra mitad del aguardiente,

seguro que escribiremos los mejores versos de la historia.

Te quiero Sabina.


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